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sexo después del bebé, Sexuali… ¿qué?

¿Sexo después del bebé? ¿Sexuali…qué? Tal vez habrás oído hablar de cómo cambia la sexualidad al ser padres o lo estarás viviendo en tus propias carnes. Si es así, este artículo te habla de aquello que puedes llegar a experimentar y de posibles recursos para que puedas vivirlo con más tranquilidad y convertirlo en una experiencia que fortalezca vuestra relación. 

del ¡tendremos un bebé! al ¿Qué ha pasado con el sexo después del bebé?

Los efectos de la maternidad o paternidad en la intimidad de la pareja no siempre empiezan con el embarazo o el nacimiento del bebé.

A veces, hay quién, caminando hacia su búsqueda ya tiene que introducir cambios en su relación y, por lo tanto, aparece un primer “intruso”: la alteración de la espontaneidad para conseguir el fin y la presión que puede suponer conseguirlo o no. El sexo después del bebé no es la preocupación entonces sino que la dificultad tiene que ver con que el sexo deje de ser una opción para tener que encajar en un calendario. 

Una vez empieza el embarazo aparecen muchos cambios físicos que pueden alterar la percepción del erotismo. Hay personas que viven los cambios corporales con más liberación pero, para otras, puede ser algo difícil de aceptar.

Además, existen muchos mitos y creencias sobre las relaciones sexuales en el embarazo que hacen que, tanto hombres como mujeres, vivan con miedo o angustia según que prácticas. 

¿Qué puedo hacer?

– Generar más momentos de sensualidad y erotismo para fortalecer el vínculo de la pareja. Compartir intimidad, amor y sexo sin la obligatoriedad del coito y la penetración.
– Asumir que vuestra relación va a ser distinta, hablar de ello y de los miedos que se os generan así como pensar posibles propuestas de cómo os gustaría hacerlo y de cómo seguir cuidando vuestra intimidad cuando el caos llegue a vuestra vida.
Durante el embarazo informaros bien, aseguraros con los profesionales que os acompañan si existen algunos riesgos y habla con tu pareja de lo que te incomoda y tus miedos para encontrar juntos nuevas formas de disfrutar el uno con el otro.

 

Socorro ¡ya no estamos solos! ¿Cuándo llega la hora del sexo después del bebé?

Cuando no hay criaturas, las parejas pueden dedicar más tiempo a hacer cosas que aumenten la conexión y además, hacerlas de forma improvisada, sin planificar… pero con la llegada de un bebé este tiempo se reduce, el espacio íntimo se ve invadido y la espontaneidad se ve totalmente alterada. Si además añadimos los factores desgastantes, como son el cansancio, la desregulación del sueño y la irritabilidad que todo ello genera tenemos un cocktail perfecto para el distanciamiento. El sexo después del bebé puede convertirse en el gran desaparecido.

También es muy importante tener en cuenta los cambios físicos y emocionales de quién da a luz. Son muchas las mujeres que sienten una fuerte bajada de líbido así como la aparición de dolores, sequedad y dificultades para la excitación. Lo que antes podía ser una zona erógena ahora puede ser que no sea así (pechos para amamantar, cicatrices o la capacidad orgásmica si el suelo pélvico está afectado).

Además, no siempre lo normal es recuperarse después de una cuarentena. Si sucede, genial, pero si no, es necesario respetar que el deseo sexual necesita tiempo para adaptarse y recuperarse. Lo ideal, para retomar las relaciones, es tener el visto bueno de los profesionales (matrona y fisioterapeuta obstétrica para que acompañe en la recuperación postparto).

No solo la mujer que ha dado a luz puede verse afectada por los cambios que sufre su cuerpo, las alteraciones hormonales, el cansancio por la falta de sueño o la carga en el cuidado. Hay estudios que demuestran que en estilos de relación basados en la cocrianza,  la pareja también sufre cambios hormonales que pueden repercutir en su deseo sexual. Además las expectativas, vivencias y presiones del entorno pueden ser aspectos relevantes para la sexualidad e intimidad de la pareja. De repente tu compañera o compañero se comporta distinto, su cuerpo ha cambiado y tu posición en la familia es otra.

Puede llevar un tiempo el recolocarse dentro de la dinámica familiar para poder reconocerse y reconocer a la otra persona como amante y cómplice y no solo como madre o padre.

Y dentro de todo este torbellino de emociones y pañales ¿qué hago?

– Normalizar y aceptar que los cambios en la vida sexual forman parte de esta etapa y que es necesario respetar los tiempos para reconstruir el sexo después del bebé. Dejarlo de vivir como una señal de alarma, como que algo no va bien para que ello no genere sensación de culpa y frustración.

Alimentar la conexión reservando un pequeño espacio diario para hablar de cómo estáis, cómo os sentís, compartir temas que no sean de crianza o simplemente tener un ratito para abrazaros y acariciaros.

Revisar la repartición de tareas para que haya una sensación de equilibrio. Los cuidados generan mucha carga mental y es necesario hablarlo y redistribuir. Si existe enfado por no sentirse apoyado será más difícil promover la intimidad.

Contemplar y alimentar todos los roles, no solo el de madre-padre, dedicarte tiempo, cuidarte, descansar y alimentar tus espacios individuales. Un rol no tiene porqué invalidar al resto ni invadir todas las esferas de tu vida permanentemente. Al principio resulta muy difícil pero poco a poco podréis volver a prestar atención a vuestras necesidades.

Conseguid cómplices que os permitan espacios de pareja sin interrupciones: abuelos, canguros, amigos… Que tengáis la tranquilidad que en esos minutos-horas no habrá una demanda externa que interrumpirá vuestro momento de pareja.

Buscad vuestra propia fórmula para reavivar la pasión. Experimentad juntos, seduciros y permitiros reconectar. Redescubrid la casa y vuestro entorno, la imaginación puede ser una gran aliada!

Respetad y validad vuestro ritmo, cada persona y pareja es única así como su historia y sus vivencias. La comparación solo va a añadir sensación de vulnerabilidad, culpa y presión. Aunque puede ser gratificante preguntar, desde la curiosidad, qué trucos utilizan las parejas de vuestro entorno. Quién sabe, tal vez podáis sacar buenas ideas!

Convertirse en madre o padre es un camino de no retorno y la llegada de una nueva personita es un gran desafío para la relación de pareja.

Así pues, comunicación, comprensión, dinamismo, adaptabilidad y flexibilidad serán grandes aliados para poder seguir reinventandoos como pareja y adaptaros a los grandes retos que surgen al formar una familia.

Y si no lo lográis, ¡pedid ayuda!

Pedir ayuda siempre es una buena opción para evitar que una dificultad puntual y ligada a un momento concreto, se cronifique y pueda complicar vuestra vida sexual futura.

 

 

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