Las discusiones de pareja son inevitables. Cada pareja las tiene a su propio estilo pero no tienen por qué suponer un daño para tu relación si puedes aplicar el truco que te voy a contar en este artículo. Verás que es una combinación entre una leyenda que he escuchado esta mañana y el resultado de años de investigación a cargo de John Gottman, que nos han revelado las matemáticas del amor. Combinación sorprendente ¿verdad? Sigue leyendo porque estoy segura de que te va a servir.
Discusiones de pareja: un truco infalible
Discusiones de pareja: un truco infalible
Escribo este post en miércoles, el día que vengo a mi despacho en Barcelona para las visitas presenciales. Es un día en el que madrugo mucho porque el trayecto es largo desde mi casa y suelo escuchar la radio por el camino. Y hoy han explicado una historia que no se sabe a ciencia cierta si es verídica o no pero que me ha parecido preciosa. Buscando más información he descubierto que sigue abierta la discusión sobre si es una leyenda o una historia real. En cualquier caso, he visto enseguida el vínculo que existe entre este relato y las discusiones de pareja.
No sé cuántas veces habré dicho en voz alta que todas las parejas tienen discusiones, y lo mantengo. El arte está en lograr que las discusiones de pareja no se carguen tu relación y ahí viene la parte difícil. Pero prefiero que leas primero la historia y después te contaré el truco infalible para que tus discusiones de pareja no perjudiquen tu relación, al contario.
Ata un lazo amarillo al roble que hay al lado de tu casa
Y aquí va mi versión de esta leyenda que transcurre en Estados Unidos alrededor del año 1959. Para ambientar la lectura, dale al play al vídeo con la música de Tony Orlando & Dawn que contaron la misma historia a través de la música en 1973.
Los dos protagonistas de este relato, se conocen en un viaje en autobús. Uno de ellos es más parlanchín mientras que el otro se muestra muy reservado. Sin embargo, gracias al tacto de su compañero más abierto, nuestro héroe se aviene a ir contando lo que le ha llevado a emprender este viaje.
Durante los últimos cinco años, ha estado cumpliendo condena en prisión así que lleva todo este tiempo sin ver ni a su familia, ni a su pareja. Estamos hablando de un momento de la historia en el que las comunicaciones no eran tan fáciles como ahora. No existían los móviles, ni el correo electrónico. El acceso al teléfono también estaba limitado puesto que no todas las familias lo tenían en casa. Existían, eso sí, las cartas escritas a mano y enviadas por correo postal.
Pero la comunicación desde la cárcel no era fácil y estaba muy lejos de casa así que durante todo el tiempo que pasó cumpliendo condena, no había recibido ni visitas ni noticias del exterior. Le preocupaba muchísimo saber si después de tantos años de distancia, su pareja todavía le estará esperando o quizás ya se habría olvidado de él.
Confiando en que sus cartas llegaban a destino, hacía unos días había escrito a su pareja contándole el día en el que iba a salir en libertad. Y le escribió una consigna muy clara:
«Después de tanto tiempo separados, por fin voy a poder volver a casa. No sé si todavía vas a estar ahí para mi. Si todavía me quieres, te voy a pedir que ates un lazo amarillo al roble que hay justo antes de llegar a tu casa. Ya sabes que el autobús pasa justo por delante. Si cuando llego veo el lazo amarillo, bajaré en la siguiente parada y te vendré a buscar.
Si por el contrario cuando paso por delante, no veo ningún lazo amarillo, seguiré en el autobús y nunca más te volveré a molestar»
El autobús se iba aproximando al pueblo y él se veía incapaz de mirar por la ventana por miedo a que no hubiera ningún lazo. Así que su compañero de viaje le dijo, «no te preocupes, yo miraré por ti y te diré lo que veo».
Y así fue como al cabo de unos segundos le dijo:
«No compañero, no veo un lazo amarillo sino muchos lazos amarillos»
Pero ¿qué tienen que ver los lazos amarillos con las discusiones de pareja?
Si has llegado hasta aquí te estarás preguntando qué relación hay entre las discusiones de pareja, los lazos amarillos y John Gottman. Y no me sorprende porque la asociación quizás no es tan evidente.
John Gottman y su ciencia del amor, nos cuenta que entre aquellas parejas que funcionan, durante las discusiones de pareja, se dan cinco interacciones positivas (complicidad, cariño…) por cada interacción negativa. Sorprendente ¿verdad?
La idea es que puedes tener diferencias con tu pareja, conflictos, discusiones y lo que haga falta siempre y cuando sigas mostrando respeto, afecto, cercanía, sentido del humor…
Justamente porque esas interacciones positivas, tienen el mismo efecto que los lazos amarillos.
Porque significan:
- Aunque discutamos, sigo estando aquí para ti
- Por mucho que no estemos de acuerdo, te quiero igualmente
- A pesar de que me has hecho daño, sigo apostando por la relación
¿Ves la relación ahora? Si la ves, te animo a que busques cuáles van a ser los lazos amarillos en tu relación. Esas señales que van a servir para que cuando haya discusiones de pareja, no se rompa la conexión entre vosotras o vosotros. Ya me contarás si te ha funcionado.
¿Y si los lazos amarillos no funcionan?
Es una posibilidad obviamente. Y más si lleváis una temporada (días, meses o años) complicada. Mantener la calidez, el cariño y el buen humor si hay mucho desgaste no es nada fácil y necesitaréis mucha inversión para reconectar.
También puede pasar que el tema de la discusión sea tan encarnizado que se os haga imposible mantener los lazos. En este segundo caso os recomiendo una retirada reflexiva.
- Un buen ejercicio puede ser describir el conflicto que estáis viviendo pero tomando el papel de tu pareja. Es decir que lo que te pido es que te «transformes» en tu pareja por unos minutos y te sientes a escribir como si fueras él o ella. Escribe cuál es el motivo del conflicto para ti, qué es lo que te duele y sobre todo escribe qué es lo que necesitas y qué es lo que necesitas de tu pareja.
- Conectar con las necesidades más profundas de tu pareja, te va a servir para dejar de despreciar su punto de vista, su forma de ver las cosas y lo que te está pidiendo.
- Si el motivo de discusión es importante, no encontraréis ninguna solución que funcione, que no tenga en cuenta las necesidades de ambas o de ambos.
¿Más fácil de decir que de conseguir verdad? Inténtalo, verás que arrojará luz sobre el conflicto.
Y si te estás planteando empezar una terapia de pareja
Puedes pedir vuestra primera visita en pareja. Esta sesión es muy importante porque vamos a lograr 3 cosas :
- Conocernos para que podáis valorar si os sentís a gusto y en confianza para empezar a trabajar en vuestra relación.
- Nosotros podremos valorar si lo que os preocupa se puede abordar o no a través de la terapia de pareja.
- Si vemos que sí os explicaremos con detalle cómo funciona nuestra metodología y sino os orientaremos hacia el mejor recurso para vosotrxs.
Déjame decirte que el 80% de las parejas que siguen mi programa, mejoran notablemente su situación.
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Bibliografía consultada y fuente de imágenes
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