Si quieres que tu relación funcione, aprende a negociar. Esto es lo que ya hace 9 años que les cuento a mis alumnos de la School of Management de la universidad en la que doy clases. Generalmente me piden ejemplos que tengan que ver con el mundo de los negocios pero yo siempre les recuerdo que las negociaciones más difíciles de sus vidas, prácticamente seguro que se darán dentro de sus familias y en especial con su pareja. Lo más curioso es que para la mayor parte de cosas importantes de la vida, nos exigen un título y en cambio nadie nos prepara para la vida en pareja. Por esto te traigo algunas pistas que sé que te pueden ayudar.
Aprende a negociar CON TU PAREJA
¿Qué debes saber antes de empezar
Si sabes que entre los dos hay algún tema espinoso que debéis afrontar o alguna decisión difícil que debéis tomar juntos, ha llegado la hora de negociar. Y para que la negociación tenga éxito, te recomiendo que te olvides de improvisar. Fíjate en lo que te propongo:
- Prepárate la negociación: Son muchas las personas que jamás se han parado a pensar que las diferencias con su pareja se pueden resolver negociando. La mayor parte hablan de ceder, de convencer, de buscar el punto medio… y en definitiva de negociar. Para que una negociación tenga éxito la preparación es necesaria y esto pasa en primer lugar por buscar el momento adecuado. Pon el tema sobre la mesa cuando tengáis tiempo y estéis tranquilos. No vale cualquier momento.
- Define tu objetivo: Cuando negociamos con desconocidos, por ejemplo en la compra o alquiler de un piso, lo que nos interesa es obtener el resultado más favorable posible a nuestros intereses. Sin embargo cuando negociamos con nuestra pareja, por muy importante que sea el tema que estamos tratando, nuestro objetivo principal será no dañar la relación. No te interesa conseguir lo que quieres si esto supone perder a tu pareja ¿no?
- Intenta crear confianza: Piensa un poco en cómo es la gente en la que confías. Dale unas vueltas y llegarás a la conclusión de que confías en las personas que sabes que no te quieren hacer daño y que además te entienden ¿verdad?. Pues justamente se trata de que tú también escuches de verdad y de que puedas transmitirle a tu pareja que no quieres hacerle daño.
- Usa la norma de la reciprocidad. Quizás no has oído nunca hablar de la norma de la reciprocidad pero es un elemento importante si quieres cuidar de tus relaciones. Según esta norma, sentimos que debemos algo a otra persona siempre que esta personas nos ha dado algo antes. La reciprocidad es una norma confirmada entre humanos: es más probable que hagamos un regalo a alguien que nos ha regalado algo antes. Así que si quieres recolectar no te olvides de sembrar antes: si cedes ante tu pareja es más probable que tu pareja quiera ceder en la siguiente ocasión, si eres de fiar será más fácil que los demás sean honestos contigo, si eres just@ eso mismo recibirás.
- Confía pero no dejes que te pisen: Si crees que tu pareja está siendo injusta no te lo calles! Si no te sientes bien tratad@debes comunicarlo sino es muy probable que vayas acumulando resentimiento, uno de los elementos que sabemos que es más destructivo para una relación. Si sientes que ya has dado mucho y no recibes lo que esperas, tendrás que ponerlo sobre la mesa antes de seguir negociando.
Aprende a negociar: los 5 pasos que te ayudarán a tener éxito cuando negocies con tu pareja
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Deja que la información fluya, habla claro y no ocultes cosas
Por supuesto no intentes jugar sucio porque lo más probable es que se vuelva en tu contra. No podréis conseguir un acuerdo que realmente sea justo si no habéis puesto todas las cartas sobre la mesa: ¿qué quieres conseguir?, ¿en qué podrías ceder? ¿en qué no puedes ceder? ¿qué es lo más importante para tu pareja?. Aprende a negociar usando este tipo de preguntas que sirven para exponer tanto lo que tú quieres como para descubrir por qué tu pareja quiere lo que quiere.
No me gusta que vayamos tan a menudo a casa de tus padres. No, no es que me caigan mal, me gustan pero a mi me apetece más que podamos improvisar lo que hacemos el fin de semana y no tener tantas obligaciones. Después de toda la semana trabajando, necesito sentirme dueña de mi tiempo.
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Expresa tus sentimientos
Uno de los errores que más frecuentemente veo es que las parejas se atascan en la negociación porque solo hablan de hechos, de las cosas «cómo deberían ser», de lo que creen «que es lo normal», de lo que esperan del otro «porque es lógico». Y aquí falta mucha pero que mucha información para conseguir el éxito. ¿Cómo te hace sentir este problema?, ¿por qué es tan importante para ti?, ¿qué temes que pueda suceder si no consigues lo que quieres?, ¿qué esperas de tu pareja?. Estas son algunas de las preguntas que debes responder si realmente quieres que tu pareja se pueda poner en tu lugar.
Siento que no soy tan importante para ti como tu familia y me siento triste, a veces pienso que esto no va a cambiar nunca y me dan ganas de tirar la toalla. Mientras no tuvimos hijos me estaba bien pero ahora necesito que nos pongas a nosotros por delante. Cuando decides por mi me pongo furios@, quiero que me tengas en cuenta y que me consultes antes de comprometerte por los dos.
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Déjate la piel para entender a tu pareja y sobretodo para que se sienta comprendid@
Aquí tienes la clave del éxito, antes de responder, antes de atacar, antes de empezar a jugar a ping pong, escucha y pregunta tanto como sea necesario para entender a tu pareja. ¿Qué preguntas puedes usar? Las que te indicaba en el punto anterior y les puedes añadir ¿por qué? y ¿para qué?. Este punto es fácil de redactar pero muy muy difícil de llevar a la práctica. Tanto que seguramente tendremos que dedicarle un post en exclusiva!
Aquí se trata de poner una «barrera protectora» entre lo que te dice tu pareja y tu primera reacción automática. A nadie le gusta que le hablen mal de la familia propia pero si no consigues escuchar a tu pareja, es más que probable que vaya acumulando poco a poco rencor y resentimiento que se colocará entre los dos y puede complicar la relación en el futuro. Así que respira hondo, muy hondo y sigue respirando para mantenerte tranquil@ y ahora intenta escuchar como si tu pareja estuviera hablando de una familia que no conoces. Tu objetivo ahora es entender lo que le pasa a tu pareja.
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Céntrate en buscar lo que tenéis en común y no en amplificar las diferencias
Busca y busca y encontrarás. Si escuchas con mucha atención es muy probable que vayas descubriendo que ni tu blanco es tan blanco, ni su negro tan negro, seguro que hay grises en los que coincidís los dos y que pueden ser un buen punto de partida para llegar a un acuerdo.
Si has sido capaz de escuchar, es probable que hayas descubierto que el objetivo de tu pareja no era criticarte ni criticar a tu familia. Quizás tu pareja quiere ver menos a tu familia porque le apetece pasar más tiempo contigo a solas y eso a ti también te apetece, ¡ya habéis encontrado algo que tenéis en común!
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Busca una solución que cubra los objetivos de las dos partes
Fácil de decir y no tan fácil de conseguir ¿verdad? Aquí sí que tendréis que ser muy creativos! Si cuando tomáis una decision conjunta, sentís que habéis ganado los dos, ¡bingo! lo habéis logrado.
¿Qué te parecería ir a ver a tu familia, comer con ellos y después dejar allí a los niños para poder salir solos al cine o a dar una vuelta? ¿Puede ser una opción atractiva para los dos? Pues eso, ¡creatividad al poder!
Los conflictos existen, no los esquives
Hay una muy mala estrategia que te puede hacer pensar que en tu pareja tenéis la negociación controlada cuando en realidad no es así. Negar los conflictos, dejar pasar las cosas, ceder por sistema o decir que sí a todo sin molestarte siquiera en pensar en lo que realmente quieres es una actividad de gran riesgo para el futuro de la relación. Lo que no discutas hoy volverá corregido y aumentado en el futuro. Y te lo digo porque es de las cosas que veo más a menudo entre las parejas que vienen a terapia. Así que tómatelo muy pero que muy en serio y aprende a negociar.
¿Qué te ha parecido este master en negociación en 5 pasos? Espero que te sea útil, ¡a negociar!